La sirenita ayudante Había una vez una sirena llamada Rubí, ella quería volverse humana y fue con una bruja, la hechizó y la convirtió e...

Cocuyos lectores


La sirenita ayudante

Había una vez una sirena llamada Rubí, ella quería volverse humana y fue con una bruja, la hechizó y la convirtió en humana, pero con el torso al revés, Rubí se puso a llorar. Luego llegó su amiga, la ayudó, sin embargo, llegaron unas niñas y se burlaron.

Su amiga era un hada y a las niñas las hizo feas para siempre y nunca se volvieron a burlar de nadie.



Lucía

Había una vez un rey y una reina, ellos eran una familia muy feliz, pero un día la reina iba a dar a la luz a una bebé a quien llamaron Mía y la nombraron princesa de todo el reino.

Entre todas las personas del lugar había una bruja muy mala, pero se hacía pasar por una señora joven. Un día, la princesa estaba haciendo un tour por todo el reino, se encontró con la bruja y ella le dio una piedra preciosa, era una esmeralda y a la princesa le gustó, pero con esa piedra la bruja podía ver todo lo que hacía la princesa en el castillo.

El rey y la reina se dieron cuenta, le advirtieron, la princesa devolvió la esmeralda a la bruja y vivieron felices para siempre.



 

Las princesas de vacaciones

Había una vez un grupo de princesas sirenas, Valeria, María y otra a la que llamaban Valentina, entonces las tres se hicieron amigas y se fueron de vacaciones a la playa. Disfrutaron mucho y cuando regresaron estaban muy contentas por sus vacaciones.

Fin.

Krisel Alexandra Valero Amesty.


 


Las princesas raras

Había una vez una princesa que vivía en el mar, la segunda princesa vivía en un castillo de nieve y la tercera vivía en un reino encantado.

La primera se llamaba Ema, la segunda Ana y la tercera María.

Un día Ana iba caminando y de repente se encontró a Ema que era una sirena y se hicieron amigas, pero la princesa María no tenía ni una sola amiga, solo un grillo casi muerto y María cuando vio que Ema y Ana eran muy amigas sintió celos, le lanzó un hechizo y la convirtió en sapo, Ema se asustó mucho y agarró a Ana el sapo, fue con Úrsula para que le quitara el hechizo y la transformó en sirena y todos fueron felices para siempre.

Fin.

Antonela Araujo.

 


Rapunzel

Los padres de Rapunzel veían, a través de una pequeña ventana un hermoso huerto que pertenecía a una hechicera muy poderosa. El padre de Rapunzel robó de ese huerto el ruiponce para su esposa. A cambio del ruiponce, la hechicera pidió el hijo que estaba por llegar de la pareja.

Tras varios años el hijo del rey escuchó cantar a Rapunzel, enamorándose de su voz, la visitaba cuando la hechicera no estaba. Rapunzel le preguntó a la hechicera ¿Por qué tardaba tanto en subir la torre? Si el príncipe lo hacía más rápido. La reacción de la hechicera fue cortarle el cabello a Rapunzel.

Esa noche, al subir el príncipe fue recibido por la hechicera, tras la decepción, saltó de la torre, no murió, pero las zarzas le atravesaron los ojos al caer.

Comenzó a andar a ciegas por el bosque. Vagó por varios años, hasta que llegó a un desierto donde vivía Rapunzel, al abrazarla lloró y recuperó la vista.

Y vivieron felices para siempre.

Krisel Alexandra Valero Amesty.


 

 

 


El gato travieso

Había una casita donde vivía el gato travieso, tenía una cama esponjosita donde ponía sus juguetes, el gatito era muy juguetón.

Un día trepó un árbol que tenía manzanas frescas.

El gato tenía una cola de color blanco y naranja y tenía la cara naranja.

Zoeth.



 


Mi perrita Nala

Nala es mi perrita y es un poco traviesa cuando no estoy, es muy juguetona y es muy comelona como mi papá. A menudo le llama perra y a mí me duele que le digan así, suena descortés y desagradable.

Ella tuvo una aventura genial, fue a la selva más peligrosa del mundo ¡La selva de la muerte! Y casi muere.

Fin.


 

La carrera de las tijeras

Había una vez un mundo de piedras, papel y tijeras. Las tijeras tenían una competencia para llegar primero a la meta y cortar una cinta amarilla. La competencia era de dos en dos.

Finalmente llegó el día de la competencia, le tocó a la tijera azul contra la tijera morada, salieron corriendo, la tijera azul tomó la delantera, pero cuando estaba a punto de ganar se volteó para burlarse de la tijera morada y se dio cuenta que ya estaba cortando la cinta, y así ganó la tijera morada.

Moraleja: No hay que festejar antes de ganar porque puede suceder algo.

Fin.

Antonela Araujo.


 

Visitando los bomberos

El día de hoy jueves 21 del 2025 fui a los Bomberos con mi grupo Plan Vacacional El jardín de los cuentos con el profesor Diego, la profesora Olga, profe Darsy y la profe Irlanda.

Con mis compañeros nos montamos en el camión, estuvo muy divertido.

Hanna.

 


La gran historia que viví en el Cuerpo de Bomberos de Mérida

El jueves 21/08/25 nos fuimos todos al Cuerpo de Bomberos de Mérida, las actividades fueron de trabajo técnico como: Hacer zic-zac y saltar en la escalera sin pisar cuando se sube, también me gustó cuando nos colocamos los trajes y nos montamos en el camión de bomberos, solo faltó bajarnos por el tubo y esta fue mi historia en el Cuerpo de Bomberos de Mérida.

Aldrey Julián Toro Guerrero.


 

Los mejores amigos

Había una vez una perrita llamada Pepa, de color marfil, tamaño mediano con grandes orejas, tiene cuatro patas y una cola larga.

Pepa nació en la calle, desde pequeñita comía en la basura, la gente la golpeaba. ¡La pobre no tenía hogar!

Cada noche cuando llovía, los feroces truenos asustaban a Pepa, ella corría desesperada en busca de un techo donde refugiarse.

Un bien día, cuando ya había salido el sol, le ocurrió algo maravilloso, una buena familia que siempre la veía en la calle decidió adoptarla.

La llevaron hasta su casa, le dieron un baño con agua caliente, la alimentaron con sopa y una calurosa y rica cama que nunca había tenido.

En la casa había un niño llamado Juan, cuando él la vio quiso jugar con Pepa, pero como ella era miedosa temía jugar.

Poco a poco Juan se ganó la confianza de Pepa, la acariciaba, abrazaba, y besaba.

Se hicieron muy buenos amigos.

¡Los mejores amigos!

Rodrigo Rivas.

 


Si yo fuera una gata

Si yo fuera una gata, estuviera en el techo de las casas, jugaría con los zapatos, dormiría todo el día, molestaría a la gente.

            Amy.

            10 años.


 


Si yo fuera una mariposa yo volaría y molestaría a la gente que me quiera lastimarme, me gustaría divertirme y ser de color rojo.

Si yo fuera un capibara no dejaría que me lastimaran.

Si yo fuera una tortuga, comería, dormiría, lento y si alguien quiere hacerme daño me metería en mi caparazón.

Marelys.

8 años.


 



Si yo fuera una mariposa

Si yo fuera una mariposa, me gustaría volar hacia el Pico Bolívar y a también a las playas venezolanas.


 


El renacimiento

En una tierra donde la luna a veces se escondía, vivía una niña llamada Sophia. Ella creía que su valor dependía del brillo de los demás y a menudo se sentía sola, como una sombra en su propia casa. Sentía que, como un pequeño colibrí, debía buscar constantemente un poco de dulzura para sobrevivir. La pequeña Sophia tenía un secreto: a los 5 años, descubrió que su corazón latía por los sabores y aromas de la cocina.

A pesar de los días grises, Sophia era una persona de gran fuerza y aprendió a encontrar su propia luz. Comenzó a escribir y dibujar convirtiendo sus pensamientos en arte. A los 9 años dio sus primeros pasos en la cocina y convirtió su pasión en una realidad. Notó que la felicidad puede encontrarse en los momentos más pequeños.

Con el tiempo, se convirtió en una luz única que nadie podía apagar.

Aceptó que su vida no era como la de los demás, pero no por eso menos valiosa. Aprendió a proteger su paz mental y a no dejar que las emociones de los demás la afectaran. Comenzó a tomar decisiones sabiendo que merecía cosas bonitas. En sus peores momentos se recordaba que era una persona valiente y capaz, una persona que podía sobreponerse a cualquier cosa.

Se dio a sí misma nuevos nombres que la hacían sentir fuerte: Resiliencia, rayo lila, girasol. El dolor de su pasado la había convertido en una persona que siempre miraba hacia el sol, notó que lo perdido puede reemplazarse, pero la fuerza que se encuentra en el camino es lo realmente importante y de su valor que no está en los objetos, sino en la persona que es: una aspirante a chef con gran corazón.

Y así, poco a poco su historia se convirtió en la de una oruga convirtiéndose en una hermosa mariposa, lista para desplegar sus alas y volar a un futuro lleno de luz, arte y amor.

Moraleja:

La moraleja de esta historia es que la verdadera fuerza no está en los grandes actos, sino en los pequeños pasos dados para cuidarnos y amarnos a nosotros mismos. La resiliencia no es algo con lo que se nace, sino algo que se construye paso a paso, con amor y paciencia hacia uno mismo.

Porque para amar a alguien, primero debes amarte a ti mismo.



Consejo para el futuro:

Enfócate;

En lo que si tienes.

En lo que si eres.

En los que si están.

En los que si te quieren.

Sophia Vergara.